La princesa que no quería ser rescatada

...y el dragón fue testigo de cómo escalabró al príncipe.

27 septiembre 2006

Cita a ciegas

Por suerte o por desgracia, en la vida he tenido que lidiar con una cita a ciegas. O por lo menos, como lo que se conoce como una cita a ciegas. Otra cosa es ir de "acompañante para el acompañante" de la interesada, pero que vamos, el resultado, suele ser el mismo: el tío un muermo, yo una muerma, todos menos los interesados aburridos de la muerte, y deseando que pase el tiempo lo más deprisa posible para irnos a casita y tan felices.

No entiendo cómo, estando lo del "cara a cara", se puede quedar con gente a la que no conoces, y menos, que conoces por internet. Si a un conocido ya te cuesta pillarle por dónde va a ir, no quiero ni pensar con qué te va a sorprender el internetero. "Mido 1.80", y seguro que, si es como tú de bajito, milagrito. "Estoy soltero", mentira cochina, ya va por la segunda ex, me apuesto la dentadura. "No tengo hijos", alguno tendrás regao por ahí, fijo. "Trabajo en una multinacional", y seguro que no ha terminado el primer curso del instituto.

¿Y cuando te recomiendan a uno para una cita a ciegas? Según mi experiencia, "es un tío simpatiquísimo" (oh, cielos, es feo), "te ries un montón con él", (joer, que es feo de narices), "tiene un buen trabajo" (coño, que tó lo más, quiero tomarme un café con él, no hacer una separación de bienes ya así, de repente) (y seguro que es insoportable), "lleva mucho tiempo sin salir con nadie" (desesperao encima), "no le gustan las ataduras" (como si a mí me gustara atarme a alguien a quien ni conozco en persona), "tiene un pequeño defecto: es pelín machista" (si le dijera que soy suya en el primer minuto de la cita, seguro que se olvidaba de sus ideales), "tiene coche" (y yo, dos ojos), "es superguay" (vamos, inclasificable: ¿...divertido? ¿...el alma de la fiesta? ¿...alegre? ¿...le mide dos palmos?), "es muy inteligente" (oh, cielos, solicito la eutanasia... definitivamente, es repelente)

Si es que eso de conocer a una persona es un campo sin terminar de descubrir. Hay quien mienten más que hablan, hay quien mienten por no callar, y hay quien por no descubrir su verdadero "yo", mienten como bellacos.

Total, seguro que la cruda realidad duele menos que una bonita mentira.

Yo seguiré sin aceptar citas a ciegas. Y si las aceptáis, podéis contarme e iluminarme. Claro, si queréis...

23 septiembre 2006

En un lugar de la Mancha...

Es curioso comprobar cómo, a lo largo de la historia de la literatura universal de hoy y de siempre, aparece el socorrido tema del caballero andante que ha de socorrer a una princesa que necesita ser rescatada. Al igual que pasa en el Quijote, lo mismo las princesas no vemos el peligro porque será que no lo hay. Al igual que el dolor del amante que sufre porque su amada no le hace ni puñetero caso. Puede ser, tal vez, a lo mejor y quizá, que ni nos hayamos dado cuenta de que él existe, otro tanto de lo que nos puede pasar a nosotras. Pero nosotras no vamos con toda la parafernalia de los caballeros, contando batallitas o haciendo ver que hemos matado a siete de un golpe. Porque contar algo así es más parecido al Sastrecillo Valiente que cualquier hazaña de un héroe de época.

La princesa que no quería ser rescatada será un blog en el que se hable de todo y de nada. Se aceptará, dentro de unos límites, cualquier comentario que se haga.

Este blog se lo dedico a la gran Ardelia Lortz. Por hacerme reir.

Y dicho esto, que empiece el espectáculo...