La princesa que no quería ser rescatada

...y el dragón fue testigo de cómo escalabró al príncipe.

24 diciembre 2006

Confieso que he bebido

Ayer comí manjares deliciosos y bebí ambrosía, la bebida de los dioses (creo). El sonido de las cítaras y las arpas se mezclaban en el aire con las voces de un coro de ángeles celestiales.

Los bailarines llenaron la gran sala y danzaron el rito de la alegría.

Una de las bailarinas se retiró a tiempo (una retirada a tiempo es una gran victoria) y volvió a casita llena de felicidad, aún bajo los efectos de la ambrosía.

Apolo llamó a la bailarina para saber si seguía viva y, si, seguía viva, pero que muy viva, pero que demasiado viva, se tomaron algo más, y el dios griego condujo su carro celestial hasta un lugar del cielo, muy solitario, por cierto.

Y la cosa se fue animando. Y se fue caldeando. Y se fue entonando.

Y la bailarina ganó el combate por goleada. Aplausos y ovación. Sólo le faltó que la sacaran a hombros del coche, pero hacía mucho frío, y tenía problemas para encontrar las medias.

Habrá gente que beba y le dé por pegarse. A mí, en cambio, me da por ser muy cariñosa. MUY cariñosa.

Y vaya, que lo fui. Y fueron conmigo :D

Por todo ello, confieso que he bebido. Eso si, hay que ver cómo se me ha quedado el cuerpo... (suspiro)

Y sin haber ido a la peluquería.

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Esos comentarios...

1La nobleza opina

  • At 3:36 p. m., Blogger Satrústegui said…

    Uy, uy, uy... ha pasado lo que parece que ha pasado? Si es así, enhorabuena.

    Bienaventurados los borrachos porque verán al Señor dos veces.

    Felices fiestas querida Aldonza, por si no puedo volver por aquí durante mi estancia polaca.

     

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