La princesa que no quería ser rescatada

...y el dragón fue testigo de cómo escalabró al príncipe.

09 diciembre 2006

Sábado, sabadete...

Hola. Os tengo abandonaos, pero es que mi tiempo no me da para más. ¿El motivo? Por supuesto, las orgí as desenfrenadas y descabelladas a las que me dedico con más cuerpo que alma con... Je je je, ¡que es mentiraaaaaaaa! Yo sigo trabajando. ¡Qué bonita costumbre tienen ahora las empresas de hacer ir a la chusma obrera (:P) en días festivos, con horarios interminables!

Resumiendo: cobré, pero hubo un incidente en el banco (ya os contaré) (robaron a una mujer delante de 50 personas), mi sueldo sigue íntegro porque no me da tiempo a gastarlo (bien! así me dura más), tengo enfados en la empresa por parte de compañeras porque yo he ido a trabajar todos los días (menos el miércoles) y ellas no, sólo porque ellas entraron UNA SEMANA antes que yo (eso de que la veteranía es un grado, qué gran razón, oiga)...

Bueno, me voy, que se me hace tarde. Aprovechemos pues estos días laborales, que luego llega las épocas de dique seco y fastidian. Pues nada, trabajar ennoblece. Y una princesa como yo, vale mucho (uh, conloquevalgoyomaremía...)

Ta luego!

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Esos comentarios...

1La nobleza opina

  • At 2:45 p. m., Blogger Satrústegui said…

    Yo que ya me estaba alegrando porque habías ya triunfado...

    Me alegra que tengas dinerillo por ahí. Así es, el trabajo ennoblece. Pero tu no puedes ser más noble, puesto que eres princesa. Claro que trabajar es la única forma de ganar dinero (eso y el crimen organizado biensur).

    En fin, no te rindas que aparecerá el trabajo de tu vida y la noche loca de tu vida.

    Bon courage, bon chance et gros bisou chère Aldonza.

     

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