La princesa que no quería ser rescatada

...y el dragón fue testigo de cómo escalabró al príncipe.

21 noviembre 2006

Sorpresa, sorpresa (acompañameeee...)

A buenas horas, mangas verdes.

Hace un tres años me metí de lleno en el salvaje y peligroso mundo de las academias de oposiciones, a las que acudía puntual como un reloj, y más me valía así, después del pastorro que me sacaron. Ya que estábamos, pues además de lo mío, me pillé algo más. Hay que hacer un pequeño inciso. Mi carrera pertenece al grupo "Especial", debido a que se necesita una titulación especial para un puesto de trabajo en concreto. El grupo de administración "General" es todo aquello que no necesita una titulación especial para el puesto. Aclarado esto, sigo. Bueno, pues ese año me apunté a la tira de oposiciones. Unos exámenes los suspendí, cómo no. Otros los aprobé, de ahí que entrara en el Ayuntamiento. La cosa fue que me dio por presentarme a oposiciones para el grupo de Administración General (auxiliar y administrativo), y aprobé en los dos grupos. Lo que suele pasar en las oposiciones es que aprueba más gente que número de plazas hay, por lo que no todo el mundo que aprueba acaba siendo funcionario. PERO el aprobar los exámenes significa que, por lo menos en donde me presenté, entras en la famosa Bolsa de Trabajo, de la cual te pueden llamar para una sustitución y, si tienes más suerte, como interino, y estarás allí hasta que salgan otras oposiciones y esa plaza salga convocada (como ejemplo).

Años ha de ello, que ya no me acordaba ni de que se acordarían de que se hizo un examen y se hizo una baremación de puntos con el famoso concurso (titulaciones, cursos oficiales, meses trabajados con ellos...), cuando me entero de que ¡oh! ¡abren la bolsa de trabajo!. Yo era virgen en esos menesteres, mi tierno cuerpecillo jamás había pisado una oposición, pero salí airosa del asunto. Aprobé, y como ví que no escocía, y ví que era bueno, seguí presentándome a otros exámenes que surgieron con distinta suerte. Con o sin suerte, la bolsa de Administrativos se inaugura, y según el puesto en el que me haya quedado (más o menos la mitad de 5000), me llamarán como de aquí a cuando cumpla los 40, teniendo también en cuenta que alguien que vaya delante de mí se retire de la lista por un matrimonio multimillonario, por un euromillón, o similares pensando bien (o que se muera, siendo mala). Pero como está mal ser mala, esperaré pacientemente a que me toque mi turno (hagamos una porra: yo digo que dos años y me llaman).

Pero (suspiro)... ¿tendré tanta suerte cuando salgan los exámenes de lo mío? (¿O más?)

Por lo que veo, atisbo un horizonte, pero aún parece lejano. Acerquémosnos pues que esto promete y yo estoy pelín hartita de tanta frutita (¿y a que no sabéis qué como de postre ahora?) (adivinásteis: naranja) (un desatascador para los premiados)

Bueno, me voy a poner con el curso que este tema me está costando... Buenas noches.

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Esos comentarios...

2La nobleza opina

  • At 11:44 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Aldoncita! No seas pesimista! Alomejor entre esos 5000 no estás en el puesto 2500, si no que estás en el 250 o el 500... Eso tu no lo sabes. ¡¡¡Hay que ser optimista!!!
    Besazos,
    Patri

     
  • At 3:18 p. m., Blogger Satrústegui said…

    Vamos princesica, adelante que tu puedes con todos. Si no ya sabes, en mi gobierno no necesitarás oposiciones (Goenitz, enchufing people).

     

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