El malo del cuento
Anoche, cuando coincidimos Alfonsa y yo en un pub con BraulioProf y sus amigos en un pub, no pensé que hubiera más que unas conversaciones, un par de saludos y ya. Pues no. Alfonsa, esa gran descubridora de hombres, encontró en los amigos de BraulioProf una mina de descubrimientos por realizar. Mundos por explorar. Y yo, casi queriendo salir por piernas -a pesar de haberme pimplado un par de cubatas y estar feliz como una regaliz-, veía como, si no quería irme a casa, tenía que esperar a que Alfonsa decidiera con cuál quedarse -ojo, que todos estaban encantados-. No se cortaba un pelo en susurrarme de vez en cuando al oído:
-Chica, chica, chica... qué amistades te gastas tú...
-¡Pero si no los conozco de nada...!
Bueno, a todos, no. A uno si, y no mucho. Pero me sirvió como bálsamo para la espera. BraulioProf, muy divertido, el muy bellaco, se mofaba de mí porque veía que tendría que volver a casa sola. A mí no me gusta el acoso y derribo, pero que mi amiga hiciera un cásting entre los amigos de mi ex profesor... como que me daba un poco de corte (bueno, mucho corte). Así que me acerqué a mi amiga (por una vez en mucho tiempo que podíamos salir juntas una noche), y le dije que si se iba a esfumar con alguien, que me lo dijera, así me ahorraba la espera y yo me iba ya. Me dijo que no, que nos iríamos juntas a casa. No quise ser una cortarrollos, pero ella me estaba cortando el mío. En plenas negociaciones, BraulioProf y un amigo se nos acercaron, el amigo -llamémosle ElHombreBala- se llevó a (una encantadísima) Alfonsa a la barra y BraulioProf me dio conversación, mientras me decía que dejara estar a mi amiga.
Me sentó como un tiro.
La gente que me conoce sabe que tengo una cara en la que expreso todo lo que siento. Vamos, que no adopto cara de póker, sino que se me nota lo que me pasa por la cabeza. BraulioProf se dio cuenta, y empezó a disculparse, que si no quería decir eso, que si tal, que si cual... Le dije que yo me iba, que no quería seguir cortando rollos a nadie, y que ya nos veríamos. Hice caso omiso a sus ruegos para que me quedara, al tiempo que fui a buscar a Alfonsa para decirle lo mismo. BraulioProf seguía detrás de mí, insistiendo, hasta osó (qué valiente él) cogerme de un brazo para que no siguiera caminando. Pero con una sonrisa le dije que me iba a ir a casa. Me dijo que no me fuera sola, que me acompañaba. Y yo (aaaaaaaaargrh!!!!!) le dije que no hacía falta, pero me dijo que sí que lo iba a hacer. Y que total, sabía dónde vivía por la ficha de la academia. Me entró la risa. Le dije que vale. Fue a por su chaqueta y salimos.
Acabamos sentándonos en la barra de otro pub, en donde estuvimos riéndonos un rato largo. Hablamos de los compañeros del curso, de mi supertrabajo (se rió también, pero me dijo que no me rindiera) y de mil cosas más. Y me entró la neura de qué podían tener en común un informático y una persona como yo. Por lo menos, sentido del humor. Estuvimos largando cosa mala mientras me descubría a mí misma mirarle esa barbita, esos pelos mal peinados con gomina, ese aspecto casual, esos vaqueros que le sentaban de muerte y resurrección, esa sonrisa pícara... Este chico tiene un aspecto de malo malone que no puede con él.
Acabamos camino a mi casa cuando cerraron los pubs. De Alfonsa y su amigo, nada supimos. Hablamos en volver a vernos algún otro día, en tomarnos alguna copa. Le dije que si. Me dijo que se alegraba de que hubiera dicho que si. Tras dos castos besos,me despedí de él y me metí en la portería de casa. Al subir al ascensor, me dí cuenta de que estaba roja como un tomate y que el corazón me latía a mil.
Ahora mismo BraulioProf se acaba de conectar al msn. Me pregunta qué tal he dormido. Le he dicho que bien. Lo que no pienso contarle es el sueño que me ha hecho tener esta noche...
-Chica, chica, chica... qué amistades te gastas tú...
-¡Pero si no los conozco de nada...!
Bueno, a todos, no. A uno si, y no mucho. Pero me sirvió como bálsamo para la espera. BraulioProf, muy divertido, el muy bellaco, se mofaba de mí porque veía que tendría que volver a casa sola. A mí no me gusta el acoso y derribo, pero que mi amiga hiciera un cásting entre los amigos de mi ex profesor... como que me daba un poco de corte (bueno, mucho corte). Así que me acerqué a mi amiga (por una vez en mucho tiempo que podíamos salir juntas una noche), y le dije que si se iba a esfumar con alguien, que me lo dijera, así me ahorraba la espera y yo me iba ya. Me dijo que no, que nos iríamos juntas a casa. No quise ser una cortarrollos, pero ella me estaba cortando el mío. En plenas negociaciones, BraulioProf y un amigo se nos acercaron, el amigo -llamémosle ElHombreBala- se llevó a (una encantadísima) Alfonsa a la barra y BraulioProf me dio conversación, mientras me decía que dejara estar a mi amiga.
Me sentó como un tiro.
La gente que me conoce sabe que tengo una cara en la que expreso todo lo que siento. Vamos, que no adopto cara de póker, sino que se me nota lo que me pasa por la cabeza. BraulioProf se dio cuenta, y empezó a disculparse, que si no quería decir eso, que si tal, que si cual... Le dije que yo me iba, que no quería seguir cortando rollos a nadie, y que ya nos veríamos. Hice caso omiso a sus ruegos para que me quedara, al tiempo que fui a buscar a Alfonsa para decirle lo mismo. BraulioProf seguía detrás de mí, insistiendo, hasta osó (qué valiente él) cogerme de un brazo para que no siguiera caminando. Pero con una sonrisa le dije que me iba a ir a casa. Me dijo que no me fuera sola, que me acompañaba. Y yo (aaaaaaaaargrh!!!!!) le dije que no hacía falta, pero me dijo que sí que lo iba a hacer. Y que total, sabía dónde vivía por la ficha de la academia. Me entró la risa. Le dije que vale. Fue a por su chaqueta y salimos.
Acabamos sentándonos en la barra de otro pub, en donde estuvimos riéndonos un rato largo. Hablamos de los compañeros del curso, de mi supertrabajo (se rió también, pero me dijo que no me rindiera) y de mil cosas más. Y me entró la neura de qué podían tener en común un informático y una persona como yo. Por lo menos, sentido del humor. Estuvimos largando cosa mala mientras me descubría a mí misma mirarle esa barbita, esos pelos mal peinados con gomina, ese aspecto casual, esos vaqueros que le sentaban de muerte y resurrección, esa sonrisa pícara... Este chico tiene un aspecto de malo malone que no puede con él.
Acabamos camino a mi casa cuando cerraron los pubs. De Alfonsa y su amigo, nada supimos. Hablamos en volver a vernos algún otro día, en tomarnos alguna copa. Le dije que si. Me dijo que se alegraba de que hubiera dicho que si. Tras dos castos besos,me despedí de él y me metí en la portería de casa. Al subir al ascensor, me dí cuenta de que estaba roja como un tomate y que el corazón me latía a mil.
Ahora mismo BraulioProf se acaba de conectar al msn. Me pregunta qué tal he dormido. Le he dicho que bien. Lo que no pienso contarle es el sueño que me ha hecho tener esta noche...
1La nobleza opina
At 1:33 p. m.,
Satrústegui said…
Ains, conquistaora!!! Ya veo que estás por ahí triunfando por el mundo. Buena suerte con ello!
Publicar un comentario
<< Home